Estaba, yo, en una clase de yoga. El maestro yogui puso un música que en teoría era para relajarse, se titulaba algo así como “la madre tierra te da amor”. Es muy posible que relajase a los demás, pero a mí me causó el efecto contrario. Una pena.
Al llegar a casa decidí ver que efecto me causaría componer algo en este estilo. Antes de dar una nota decidí inventarme el inicio de una historia y a partir de allí ir avanzando al unísono, historia y composición musical. Me imaginé a un flautista que se adentraba en un bosque de hayas, toda la historia tenía que estar envuelta en un halo de relajación, belleza, ecologismo, salud y material compostable, siguiendo estas directrices impuestas (por mí) enseguida decidí incluir a una sirena (belleza) buceando (tranquilidad y ejercicio) entre algas (saludable, ecológico y compostable). Cuanto más adelantaba la historia y más escuchaba mi propia composición, más histérico me ponía y más se desmadraba el cuento.
La obra consta de 13 movimientos donde la resolución final es el silencio. Llegué a la conclusión que lo mejor era el silencio. No sé porque ponen música en las clases de yoga.
COMPOSTSICIÓN (Obra de C. Balasch ofrecida a la madre naturaleza y lo biológico)
1er
movimiento:
La
sirena bucea entre algas chlorella mientras él toca, sobre una roca
húmeda anidada por mejillón atlántico, ciertos instrumentos hechos
a mano con material de la zona.
2º
movimiento:
Flautista
en el hayedo otoñal.
3er
movimiento:
Guitarrista budista
exiliado pasea por el hayedo otoñal tocando guitarra china.
4º
movimiento:
Flautista
y guitarrista budista exiliado en el hayedo otoñal.
5º
movimiento:
Rondalla
de guitarristas budistas y el mismo flautista en el mismo hayedo
otoñal.
6º
movimiento:
Gong.
7º
movimiento:
Voces
que salen del alma de un fauno mágico moribundo y Manolo que toca el bombo.
8º
movimiento:
El de Calanda y Manolo.
9º
movimiento:
Manolo
y flautista se declaran amor eterno, pero un tercero que toca la caja (el de Calanda) también quiere el amor del flautista y finalmente el de la caja ha de quedarse con
Manolo debido al perfeccionismo musical del compositor de la obra, en un principio no es ese el deseo
del flautista.
10º
movimiento:
Manolo y gong.
11ºmovimiento:
El
flautista se ha perdido en el bosque y ha decidido, dada la
circunstancia, buscar su yo interior.
12º
movimiento:
La
luz ha llegado y con ella los amplificadores y las guitarra
eléctricas, y gracias a buenas alargaderas tocan la llegada de la
floración vital en el hayedo primaveral.
13º movimiento:
Silencio
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